Leydi Rodríguez viajó en el 2015 a San Sebastián, España a realizar su pasantía en el prestigioso Restaurante Mugaritz. Gracias al patrocinio de Fundación Backus ganó una beca en la categoría de servicio.

La aventura de Leydi empieza el día de su graduación, donde se entera de manera sorpresiva que ha sido ganadora de una beca. “Me enteré de que gané el día de la graduación, yo no sabía nada, y cuando mencionaron mi nombre no lo podía creer”.

Leydi estaba decidida a viajar y emprender esta nueva experiencia. “Mi familia tenía miedo de que viaje y me pidieron que no acepte la beca, pero yo seguí con los trámites de mi viaje y los llamé cuando ya estaba en España” nos confesó entre risas.

Una vez empezada su pasantía, nos cuenta que una de las cosas que más le gustó fue el trabajo en equipo. “Si bien hay sommeliers y camareros, todos hacíamos un trabajo en conjunto y todos aprendíamos de todo; por ejemplo, nos rotábamos las tareas en diferentes turnos, y al momento del “rush” (prisa) todos hacíamos de todo, éramos todos para todos”.

Ella demostraba su interés en el día a día y aprovechaba los conocimientos de todos a su alrededor. La técnica que a ella le llamó más la atención fue la forma de trabajo. “Allá no es un camarero para una mesa en especial, sino que todos atendemos todas las mesas, esto para que el cliente pueda sentir la energía de todos”, nos explicó que esta técnica tiene una razón de ser en especial: “si un camarero no estuvo de buen humor, el cliente podrá percibir eso, pero luego viene otro camarero que está feliz entonces le dará equilibrio al ambiente”.

“Me tocó trabajar con gente bien capacitada y con mucha experiencia, aprendí de cada uno de ellos, siempre observaba y preguntaba”

De igual manera, nos comenta que aprendió a que no siempre hay que regirse a las normas, sino que siempre debe buscar la comodidad del cliente “si las normas te dicen que pongas los cubiertos a la derecha, pero ves que el cliente está sentado en una posición que no te lo permite, entonces los pones a la izquierda o en un lugar donde no lo incomodes”, nos dice.

Leydi siente que lo más gratificante de brindar un buen servicio a los clientes es que estos se vayan satisfechos con la atención, esto lo podían comprobar cuando despedían a los clientes y ellos les decían: “muchas gracias, ha sido un experiencia muy bonita” o “nos quedamos con las ganas de regresar”.

En lo personal y a modo de vivencia, nos cuenta que tuvo la oportunidad de visitar varios lugares con los que siempre había soñado. “Pude viajar a París, fui a conocer la Torre Eiffel, el Palacio de Versalles y los Jardines de Luxemburgo, entre otros. No sabía que hacia tanto frío, estábamos a -02 grados pero yo no sentía frio por tanta emoción que sentía, era mi sueño y lo estaba cumpliendo”.

“Esta experiencia abrió mi mente y me dejo aprendizajes muy valiosos, cuando regresé a Perú me abrieron las puertas en los mejores restaurantes, fue un sueño hecho realidad”