Yosselyn Espejo realizó su pasantía en el restaurante El Celler de Can Roca en Girona, España, ella egresó del CETPRO de Pachacútec de la especialidad de Servicio de Restaurante y Bar, su pasantía se realizó gracias al patrocinio de la Alianza Gastón Acurio y Telefónica “Juntos para Transformar”.

“Yo sabía que para las becas reconocían a los estudiantes más empeñosos y dedicados de la escuela; yo solo hacia las cosas porque de verdad siento pasión y amor por lo que aprendía en el día a día, y no esperaba que el día de la graduación me nombraran, fue una sorpresa muy grande y bonita”, nos comenta Yosselyn.

Entre las cosas que más llamaron su atención fue que no se pulen los cubiertos y las copas a mano, sino que hay máquinas pulidoras, ella nos dice: “qué envidia, en Perú este procedimiento se hace manualmente, espero pronto deje de ser así porque se podría aprovechar el tiempo mucho más”.

En su paso por el Celler de Can Roca aprendió nuevas técnicas y estrategias para que en su atención no agobie al cliente: “yo tenía la costumbre de quedarme esperando parada al lado del cliente a que me haga el pedido; sin embargo, allá entendí que eso no se hacía porque era agobiante para el cliente, y que se le debía brindar la libertad y tiempo necesario para que puedan hacer su elección cómodamente”. Asimismo, aprendió que, al recoger la mesa, no debía poner los cubiertos sobre el plato delante de los clientes, sino que, todas las maniobras se realizaban detrás del cliente, esto para no incomodar su estadía en el restaurante.

Al inicio de su pasantía le costó adaptarse al entorno, a los nuevos rostros y al idioma, en Girona se habla Catalán. Además de todo lo nuevo, se sumaba que extrañaba a su familia. Todo esto mejoró cuando conoció a nuevas personas, ella nos dice: “tuve la oportunidad de conocer a practicantes de México, Brasil, Argentina, España, con quienes la pasé muy bien tanto dentro y fuera del restaurante, especialmente los latinos quienes compartíamos el mismo idioma, y a veces hacíamos algunas actividades juntos como cocinar, pasear por Girona, ver películas e ir a la playa, que es lo mejor de lo mejor, el agua es totalmente limpia; nos divertíamos mucho”.

Uno de los sueños que pudo lograr con esta pasantía fue la de conocer París: “yo tenía la idea fija de querer ir a Francia desde que llegué, así que ahorré todo lo pude, y además mis padres me apoyaron y me enviaron algo de dinero”. Cuando llegó vio que todo estaba muy caro, así que tuvo que ser eficiente con el dinero, esto no amilanó la emoción que sentía.

Visitó la Torre Eiffel, llegó a esa visita con el dinero exacto para su regreso a Girona, por lo que no iba a poder subirla, sin embargo, nos cuenta la anécdota que le paso: “encontramos varias personas que estaban jugando a adivinar en qué vaso está el dado, yo acertaba todas las veces, pero no me atrevía a apostar, hasta que lo hice y aposte 50 euros y acerté ¡gané 50 euros más y con ese dinero pude subir a la Torre Eiffel!”.

“Estoy muy agradecida por esta experiencia tan hermosa que me permitió crecer laboral y personalmente, y sobre todo cumplir uno de mis mayores sueños, conocer París”